Estabais deseosos de leer más sobre Papá, ¿a que sí?
En esta entrada no os voy a hablar de él, si no de un lugar muy especial para él: su gallinero. En realidad más que un gallinero parece un chalet con vistas: dos habitaciones, un baño (sí, BAÑO), sistema de alarma, terraza, arbolitos... ¿A que os dan ganas de alquilarlo para pasar un fin de semana? A ver, os explico: cuando los vecinos restauraron la casa mi padre recogió las tablas, ventanas, uralita... y con ellas construyó el gallinero-palomar-casa de vacaciones. Pero ahí no queda la cosa, claro, si no tampoco sería para tanto.
El gallinero está dividido en tres partes: la habitación de las gallinas, la de las palomas y un patio valladito donde pueden salir a pasear y hacer lo que hacen las aves normalmente a la sombra de una parra y de un arbolillo (para que no les dé una insolación a las pobriñas). Los dormitorios son bastante normalitos, ahí no se esmeró con la decoración, pero el patio le quedó... Hay un lavabo que hace de piscina, un báter que hace de maceta de un geranio, una cesta de navidad donde anidan los canarios, una señal de velocidad limitada a 80 (es que estas gallinas de hoy en día te son muy rápidas).
Pero el colmo de la sofisticación es el sistema de alarma. Sí,sí con pin y todo. Consiste en una calculadora atornillada al lado de la puerta. La seguridad ante todo.
lunes, 4 de mayo de 2009
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