Antes de comenzar con las anécdotas en sí mismas os voy a contar un poco sobre la vida de mi padre (a partir de este momento Papá, con mayúscula).
Papá nació hace 53 años en un pueblacho cerca de esta "gran ciudad" en la que vivimos actualmente (si, todavía vivo con mis padres, qué pasa. Mejor dicho, vivo de mis padres). Después de currar como un negro cuando era pequeño en el negocio familiar decidió que quería estudiar arquitectura, así que lo mandaron a Coruña. Tras dos años allí, y sólo 1 asignatura aprobada (no es que Papá sea tonto, es que es muy listo, y la calle de los vinos y el mus ocupaban todo su tiempo) su padre, es decir mi abuelo, se lo trajo de vuelta por las orejas; así acabó la posibilidad de que actualmente tuviese un padre arquitecto y forrado de pasta, aunque con esto de la crisis de la construcción no sé como nos iba a ir ahora...
El caso es que de vuelta aquí conoció a mi madre (en lo sucesivo Mamá) con la que se casó de penalty, como era la tradición en aquella época. Fruto de esa relación colmada de amor nacimos dos lurpias, como él nos llama: Yo, la mayor y Mi Hermana, 7 años menor.
Estaréis pensando que no os importa un carajo todo esto, pero como el blog es mío escribo lo que quiero, además quiero que conozcáis bien a Papá, que es muy entrañable.
Después de un montón de trabajos de mierda, Papá, que ya os dije que tonto no era, aprobó a la primera las oposiciones para bombero municipal. Por cierto, no os lo había dicho, Mamá es enfermera. Si, como dijo una vez mi novio: mis padres son como una fantasía sexual, un bombero y una enfermera.
Tras unos 10 años de servicio sufrió un accidente de trabajo (que mal lo pasamos, por cierto), lo que le obligó a retirarse. Y así es cómo Papá se convirtió en Bombero Retirado, aunque si lo pienso bien, sus ideas incendiarias ya venían de antes...
domingo, 26 de abril de 2009
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Estoy deseando que empiecen las historias!! que emoción!!
ResponderEliminarda gusto leerte.
ResponderEliminarbicos,